Desayuno para el alma

img_20161204_095351La rodada dominical nos llevó a la base de la Torre 3, en el cerro de San Miguel, municipio de Tala. Aquí llegamos luego de 20 kms desde la entrada al bosque la Primavera, a 2,141 msnm y 1 hora 41 minutos y algunos segundos de pedaleo, según el conteo de mi gadget. Son los números y estadísticas que le dan saborcito a la rodada. Más allá de estos números se trató de una grata rodada con los compas. Varios de ellos que teníamos ya un par de meses de no ver en estas andanzas y fue un gusto poder compartir estas horas con ellos, en un marco incomparable como lo es una mañana de diciembre, con un viento frío que llegaba de la lejana costa, trayendo una cobertura nubosa que daba un toque fresco a nuestro pedaleo.

Luego de una tranquila subida al 8 y 1/2, y la acelerada bajada del “salsipuedes” (nos vió pasar condescendiente, sabiendo que algún tiempo después estaría ahí todavía, y nos vería sudar la gorda para subir por su camino) llegamos a la puerta verde, bajamos al valle del arroyo seco, trepamos la subidita del payasito (los mortales, solo podemos superarla con payasito, y no siempre), luego, fuimos recuperando aire para llegar a la franca trepada del cerro de San Miguel, en donde cada uno va tomando su ritmo y al menos yo, fui dejando de ver a mis compañeros de ruta. Son de esos momentos en que cada uno agarra fuerza de sí mismo, y del entorno. Voy acomodando la relación, hoy me tocó probar nuevas combinaciones en mi transmisión 2×11, ir aprendiendo nuevamente cuál es la más adecuada, a la vez que voy descubriendo el mejor camino entre la brecha llena de piedras, alguna que otra grieta.

Finalmente nos vimos al final de la trepada, esperando al Porve, para finalmente rodar el último trecho otra vez a buen ritmo y llegar al mirador-descanso de Torre 3, en donde estaban ya Alex, Marcos y el Roberrr. Desayunamos ahí, una barrita, una galleta, fruta, nuestras bebidas hidratantes, algo de almendras… eso para el cuerpo, para recuperar algo de lo consumido en el esfuerzo de llegar hasta ahí… Pero más importante, al menos para mí, fue ese “desayuno para el alma”…img_20161204_095150

Haber logrado llegar de nuevo, con mi cansancio a flor de piel, con la carga de saberme no en mi mejor forma, pero haber podido recibir de mi bosque el apapacho, las porras, el regalo de ver el verde de los pinos, el ocre de los robles y encinos, el terroso camino que ya ha dejado atrás a las lluvias y que ha guardado el agua de este año a la espera de la próxima temporada de lluvias…

img_20161204_100611Haber disfrutado de esta ruta con grandes amigos, que más que nada hoy no veo a diario, poder compartir con ellos unas horas del domingo haciendo simplemente lo que nos gusta compartiendo una pasión, “pagando” por sufrir dirán los no iniciados… despiertos en el frío de una mañana de domingo, siendo locos por venir al bosque, sin comodidades pero si alimentando el alma para tener la entereza de regresar al mundo y poner nuestra mejor cara ante los problemas, los retos, las familias y los amigos…

Así cómo a mi me fascina desayunar unos buenos chilaquiles, o unos huevos a la mexicana o unos molletes, con un cafecito… así mi alma se alimenta de la naturaleza, del esfuerzo, de la amistad, de las anécdotas, del frío, del sol, de la brecha, del viento, de la piedrilla que sale volando a mi pantorrilla, del ramalazo, de la sonrisa propia y de los amig@s que ruedan con uno y los que tan sólo pasan por el mismo camino que nosotros vamos en un instante…

¿Quién gusta desayunar?

Ro

One Reply to “Desayuno para el alma”

Responder a RoCa Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Related Post

Apa subidita

Si de por si, esta ruta es exigente. Que sus veredas estén llenas de piedras, piedritas y piedrotas nos hacen agitarnos un poco más. Rodar en estas brechas y caminos me enseña que puedo encontrar una forma diferente de administrar mi esfuerzo. Como en esta subidita que les voy a platicar. Vas sintiendo, más que […]

Rodando por las calles

No se trata de ir por la vida haciéndola de evangelista de las dos ruedas  y queriendo convencer a todo feligrés que se nos atraviesa por el camino. Simplemente me gusta andar en bicicleta y procuro hacerlo cada vez que puedo. Más ahora que las distancias en esta mal diseñada urbe nos hacen perder tanto […]

Biznaga

Bellezas extrañas dirán algunos, peligrosas plantas dirán otros, la biznaga nos ayuda arrancar éstas líneas. Para mí esta cactácea es una muestra de los secretos que encuentro en cada rodada. Planta digna de un pasaje de ciencia ficción. Hermosa en su esencia, peligrosa en su humilde apariencia y en su aparente bajo perfil. Sencilla pero […]