Hablando al aire…

Y hay tanto por decires por eso que me cuesta encontrar por donde empezar. No han pasado mas de diez dias creo, pero se acumulan muchos temas, uno tras otro… que si hacer un post sobre el cierre del Tesoro al acceso no solo de ciclistas que buscamos un respiro en la rutina diaria, sino tambien a todos los vecinos de por ahi que lo aprovechaban para “limpiar” su sedentarismo y amedrentar  a los flojos que buscan cualquier escusa para no hacer nada.

O mejor hablar de ese gusto de ver a quince ciclistas rodando a media semana, a media jornada laboral, haciendo ver, demostrando que es posible encontrar un resquicio a las abultadas agendas artificiales y voltear a nuestra olvidada naturaleza humana de buscar, esforzarnos y alcanzar una nueva meta en cada día.

O platicar de la impotencia de ver todavía que no nos cansamos de prender infiernitos y quedarnos en ellos, mientras los vivales y los estúpidos siguen manejando “como borrachos” a este pais y lo peor, que todos los que vamos arriba del “micro”, nos quedamos sentaditos o, a lo más, nos aferramos de cualquier parte para no caer, sabiendo que igual nos va a cargar la pelona…

Al igual me surge de lo hondo de mi espíritu la esperanza (será que es un mal del mexicano?.. o sera un bien)… y pienso en México… me alegro de saber que México es mucho más que esta bola de humanos “civilizados” que lo habitamos. Es la tierra, son los contornos ondulantes de un pedazo de este planeta, sus aguas y sus cielos, los seres vivos (más que los humanos) que habitan y transpiran el aroma de milenios de leyendas e historia, son su grutas y cavernas, sus vientos y el reflejo generoso del sol que nos inunda a cada día…creo que por eso seguimos aquí. Quien mas esperanza tiene es el propio México que con todo y todo aún nos “acepta” y nos procura… manteniéndonos en esta tierra bendita que olvidamos que hemos heredado aún sin merecerla.


Ojalá que no sea tarde todavía. Yo creo que no. Soy ciclista de corazón, y eso me da para creer que no hay camino que no podamos rodar, quizás nos cansemos y crucemos a pie un tramo, quizás se pinche la llanta y tengamos que cambiar la cámara, quizás rechine un poco la cadena, pero al final es necesario que uno mismo pedalee, no podemos decir que rodamos mientras no sea uno mismo el que tome el manubrio y ruede su cadena, no importa lo que se diga… “nadie puede pedalearte tu bicicleta”.

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