Iniciados somos todos. Los que llevan años de trepar por las brechas y los que por primera vez se animan a rodar por los senderos. Somos distintos, de eso no hay duda; porque sabemos que nos levantamos cuando la mayoría sigue durmiendo, porque pagamos el gusto de sudar y nos esforzamos por ser mejores cada vez que tomamos la rila; porque hacemos de la experiencia de rodar una extensión de los que queremos que sea nuestro día a día.
Porque no alardeamos de los que hacemos y logramos, ya que no necesitamos gritarlo a los cuatro vientos, porque nos animamos unos a los otros, porque la frase más común que escuchamos en la ruta cuando vemos a alguien detenido o estamos nosotros mismos detenidos es “esta todo bien?”
Por eso es un gusto poder ser parte de esto que es el ciclismo de montaña…
Y disfrutar de lo que vemos cada vez que vamos a los cerros …
Un grupo anónimo que estuvo compartiendo con nosotros varios tramos de las rutas que rodamos en esta ocasión… igual, unos con todo sobre los pedales, otros midiéndose, a un lado de su rila… todo vale!
Aquí rodando entre los árboles, en una vereda tranquila, que nos acariciaba con su fresca brisa que nos animaba a seguir rodando
Mauricio, Cheko, Lissete, uno regresando, otro con experiencia, otra explorando nuevos derroteros… la combinación que hace de este grupo lo mejor de lo mejor!!!
Bien por seguir rodando!
Saliendo del paraje arbolado, a rodar bordeando la cañadita, pa’no dormirse ni entumirse!
Eria, Porve, Mauricio, Lisette, Cheko, Luis y Ro… vengan que es un hecho… “el horizonte es el límite!”
Ro