El tercer y último factor (según yo)

Hola,

Por aquí tenía pendiente de platicar sobre el factor para promover un cambio en esta hermosa ciudad, y si, también en otras más. Sobre todo de nuestra querida Latino América. Pueblos surgidos de una hecatombe bien disfrazada por la iglesia católica y los “héroes” conquistadores. Que contra todo pronóstico lograron someter a una multitud de pueblos y grandes civilizaciones que respiraban de este lado del mundo. Y este último factor se engarza en aquellos lejanos ayeres, cuando a base de traiciones, engaños y el apoyo del miedo religioso y la involuntaria guerra bacteriológica emprendida por los conquistadores, socavaron la voluntad social de toda una raza. Esa raza se mezclo con la raza venida de Europa y luego con los esclavos africanos. Surgimos los mestizos.

Desde entonces, sobre todo en la América Latina, y siendo específicos, en nuestro entrañable México, el inconsciente colectivo ha estado adormilado por las argucias de una clase gobernante astuta en el manejo de las crisis y los motivadores económicos. Pero antes de ahondar en un ensayo político-social anti-sistémico, cabe mencionar que actualmente el grueso de nuestra sociedad esta aun entelarañada en un sistema paternalista enfocado a mantener una población con alta ignorancia y poca cultura por el desarrollo colectivo.

Así pues, a ellos no les lleva prisa convocar o promover soluciones que a lo largo produzcan que ellos mismos no sean necesarios como “proveedores” de soluciones. El permitir que el ciudadano se de cuenta de que esta en las manos de cada uno de nosotros como individuo una parte de la solución de la convivencia y el desarrollo de nuestras ciudades es aceptar que ellos no son capaces de vivir por si mismos. Necesitan de nuestra apatía para seguir encumbrados en sus sitiales. Pero poco a poco, como la gota que escapa de la presa y va sumando a mas y mas a cada día. Esto parece estar cambiando y hoy veo en la calle más gente que va descubriendo que no es necesario esperar a que llegue la solución de un “trajeado” que a los cinco minutos de caminar ya esta agitado. 
No es necesario esperar tres generaciones a que cambie la cultura para protegernos a los ciclistas. Estamos ahora aquí, en este mundo y en este tiempo, cada quien por sus propias razones, pero en lo que al asunto de hoy toca, es necesario creernos como los desarrolladores de una nueva cultura que incluya a todos, que nos dé el poder de ser parte de la solución para que, en esta y en muchas otras ciudades, dejemos de vernos como entes individuales egoístas y miopes sociales, y nos descubramos como una parte integral de un gran tumulto que se llama raza humana.

 
Amén.
 

Rogelio

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